Cuando empecé mi camino de Llamas Gemelas (o sea, mi camino espiritual), no tenía idea de todos los cambios que iba a atravesar en lo que ahora me parece un período bastante corto.
Pasar por una crisis de vida no es divertido. Ver cómo lo que construiste se desmorona frente a tus ojos no es fácil. Dar el próximo paso puede dar mucho miedo, y sin embargo, es lo mejor que podemos hacer.
Después de todo, el dicho dice: "Si la vida te da limones, hacé limonada", y en este blog me gustaría compartir cómo hacer exactamente eso. Qué significa "crear una vida llena de amor" y cómo vos también podés construir una vida en la que, sin importar las circunstancias, siempre podés elegir ver todo como una lección de vida, incluso en las situaciones más inesperadas, desafiantes o impesadas.
Una vida donde cualquier desafío pueda transformarse en el motor de tu crecimiento como persona. Una vida basada en Amor Incondicional.
Construyendo una Vida Llena de Amor Desde el Comienzo
¿El año? 2017. Tenía 34 años y era madre soltera de un nene de 4. Acababa de terminar la facultad mientras trabajaba jornada completa, como secretaria. Un trabajo que, siendo honesta, nunca me llenó, pero al menos nos daba un techo y comida.
Todo parecía estable, salvo por dos cosas: mi rutina, que era un desastre, y la eterna crisis económica de Argentina, donde viví toda mi vida, hasta que me mudé con mi Llama Gemela (2021). Debido las incesantes crisis económicas del país, vivíamos con miedo y una sensación constante de inestabilidad. Me quedó clarísimo que el futuro de mi familia estaba en otro lado si quería una vida mejor para nosotros.
Con esto en mente, y después de pensarlo mucho, tomé la decisión de mudarnos a Alemania. Allá sentí algo que nunca había experimentado en Buenos Aires: una sensación de hogar. Pasé los siguientes 12 meses juntando todos los papeles y certificados posibles. Los hice certificar y traducir, y empecé a organizar todo para la mudanza, incluyendo mi pedido de ciudadanía europea por parte de mi abuelo polaco.
Para diciembre de 2016 ya tenía todo listo: un nivel básico de alemán, documentos y certificados, un lugar donde vivir por los primeros tres meses y ahorros para bancarnos por al menos un año mientras conseguía un trabajo. Todo estaba en orden, salvo por un "detallecito": la ciudadanía europea -que nos permitiría vivir legalmente en Europa- seguía en trámite.
En ese momento sentía que nada avanzaba porque todavía no me había animado a dar el paso más desafiante: renunciar a mi trabajo. Así que, me llené de coraje, puse una fecha de vuelo y presenté la renuncia. Pero dos días después me cayó la ficha: ¿y si la ciudadanía no estaba lista para cuando viajáramos? Me habían dicho que tardaría unos cinco meses, sin emabrgo, ese plazo ya se había vencido.
Dicen que si querés hacer reír a Dios, contale tus planes. Esto no podría haber sido más cierto, pues la vida tenía otros planes para mí.
"Si el Plan No Funciona, Cambiá el Plan, Pero Nunca el Objetivo"
Lo que pasó fue simple: en mi entusiasmo por empezar una nueva vida, me apuré y no esperé lo más importante: los papeles.
La ciudadanía, que me dijeron que tardaría entre 3 y 5 meses, terminó demorando... ¡cinco años! (Sí, cinco años. Ojalá y esto fuese un chiste, pero no lo es).
Intenté revertir mi renuncia, pero no hubo caso. Tampoco conseguía otro laburo, a pesar de mi experiencia y credenciales. Con el paso de los meses, mis ahorros se iban achicando cada vez más y tuve que tomar una decisión: o seguía así y me quedaba sin un peso en los siguientes dos meses, o usaba lo que me quedaba para ir a Alemania y ver si podía hallar la forma de quedarme legalmente. Mis plegarias eran que, en una de esas, mi ciudadanía finalmente me fuera confirmada durante los 3 meses que podía permanecer allí con una Visa de turista.
Me costó, pero elegí la segunda opción. En septiembre de 2017, viajamos con mi hijo por tres meses con la esperanza de que los papeles estuvieran listos antes de que se terminara el "viaje". Pero una vez allá, me di cuenta de que mis chances de conseguir trabajo sin la ciudadanía eran casi nulas.
Sin opciones, y con la ciudadanía aún en trámite, tuvimos que volver a Buenos Aires con las manos vacías, sin nada más que nuestras valijas y un corazón roto.
Encontrándole un Sentido a Todo
Pasaron nueve meses en los que me pregunté una y otra vez cómo no vi venir esto antes de renunciar a mi trabajo. Me sentí devastada, pero sabía que todo debía tener un significado.
Buscando respuestas, encontré información sobre "la noche oscura del alma" (o sea, crisis existencial) y el concepto de "Llamas Gemelas". Cuanto más leía, más sentido cobraba todo.
Ahí conocí a Jeff y Shaleia, quienes, eventualmente, se convirtieron en mis maestros espirituales. A través de ellos descubrí una herramienta clave: el Ejercicio del Espejo.
Este método me trajo una paz interna que nunca había sentido antes. Había probado meditaciones, afirmaciones y terapias diversas, pero nada me había dado el alivio que esta práctica de cuatro pasos me dio en minutos.
Gracias a esto, pude darle un sentido a muchas de las cosas que había vivido y entender que, aunque parecieran errores o fracasos, en realidad todo tenía un propósito.
Aprendé de quienes tienen lo que deseás
Como suele pasar, en momentos difíciles no hay nada mejor que encontrar a alguien que pueda traer un poco de luz a lo que estás viviendo. Y así fue como me sentí cuando conocí a Jeff & Shaleia.
Cuando querés lograr algo, lo mejor es aprender de quienes ya tienen lo que deseás. Esto te asegura contar con el mejor apoyo para llevarte desde donde estás hasta donde querés estar. Por supuesto, nadie dice que tengas que seguir algo -o a alguien- ciegamente. Todo lo contrario, siempre deberías probar si algo es realmente para vos. Y eso fue lo que hice cuando me crucé con sus Enseñanzas.
Cuando los encontré en YouTube, hubo algo en ellos y en lo que compartían que me llegó al corazón. Sentía que realmente sabían de lo que hablaban, y todas esas piezas que me faltaban empezaron a encajar.
Después de escuchar sus videos, descubrí que también habían escrito un libro. Decidí invertir en él con la ayuda de mi mamá, que me prestó el dinero. Cuanto más lo leía, más me enamoraba de él. El libro era tan magnético que no podía soltarlo. Y cuando llegué al capítulo 5, me encontré cara a cara con la herramienta que cambiaría todo desde ese momento: el Ejercicio del Espejo.
Cuando hice mi primer Ejercicio del Espejo, experimenté una paz interior que nunca había sentido antes. Fue tan fácil de aplicar que, hasta el día de hoy, es la única práctica que sigo sosteniendo regularmente. Gracias a esto, pude encontrar un significado más profundo en muchas de mis experiencias pasadas y entender que algunas situaciones, aunque caóticas o inesperadas, estaban llenas de propósito. Y la crisis del 2017 no fue la excepción.
Estate dispuesto a empezar de cero
Por más difícil que sea, tenés que reconocer dónde estás en tu vida. No tenés que estar contento con ello, y está bien sentirse frustrado o molesto al respecto.
Hacer esto puede ser un trago amargo, pero es lo que te va a traer el alivio que buscás. El primer paso para resolver un problema es admitir que lo tenés. Esto te va a dar la claridad que necesitás, el impulso para querer cambiar y, lo más importante, la voluntad de hacer que ese cambio sea sostenible en el tiempo.
Es fundamental reconocer que estás donde estás por las decisiones que tomaste en el pasado, sean cuales sean. Tenés que ver todas esas veces en las que no fuiste amable con vos mismo, ya sea por miedo, por conformarte con menos, por hablar (o pensar) cosas feas sobre vos, o simplemente porque no sabías hacerlo mejor y estabas dando lo mejor que podías con lo que tenías.
Luego, tenés que encontrar las herramientas y los recursos que te ayuden a resolver estos problemas de raíz y a avanzar.
Permití que el cambio suceda
"La única constante en la vida es el cambio" -Heráclito.
Mirando hacia atrás, sabía que mi vida, en el fondo, no se sentía bien. La mayor parte del tiempo iba de una cosa a la otra sin sentirme satisfecha, y muchas veces terminaba en relaciones que no eran buenas para mí.
Ya fuera en el trabajo, las amistades, la familia o mis relaciones amorosas, siempre tropezaba con la misma piedra. Como había estudiado algo de psicología en la secundaria, sabía que estaba repitiendo un patrón, pero no lograba encontrar una solución real y sostenible.
Esto cambió cuando empecé a aplicar el Ejercicio del Espejo y a seguir las Enseñanzas de Unión que mentioné antes. Estas enseñanzas me mostraron que soy la creadora de mi realidad y que mis pensamientos y creencias sobre mí misma y el mundo son lo que, en última instancia, moldean mi vida.
La vida que estaba construyendo antes de la crisis del 2017 estaba lejos de ser amorosa conmigo misma. Hacía todo sola, sin ayuda de nadie, y me estaba perdiendo en el proceso de alcanzar mis objetivos. Me había convertido en la persona que se ocupaba de todo y todos -mi hijo, mi trabajo, mis estudios, nuestra mascota, mi mamá y su enfermedad-, menos de mí. Sin darme cuenta, estaba fugando toda mi fuerza vital, mi energía en el intento de tener todo bajo control, a pesar de que tenía suficientes ejemplos a mi alrededor que me mostraban que ese camino no terminaría bien.
Por más desafiante que sea, la vida siempre te está llevando a un lugar mejor. Sin saberlo, estaba siendo guiada para sacar lo mejor de lo que, en ese momento, parecía el peor error de mi vida. Pero la verdad es que, al final, conseguí todo lo que me había propuesto, y más.
Sí, entre diciembre de 2017 y diciembre de 2019 vivía con mi mamá en un pequeño departamento de dos habitaciones en Buenos Aires. Estaba casi desempleada, y mi hijo y yo dormíamos en un colchón en el suelo tras mi "fallido" intento de mudarme a Alemania. No teníamos mucho espacio ni dinero para cubrir nuestras necesidades básicas, y pasamos de tener cobertura médica privada a depender del sistema de salud público en Argentina, el cual deja mucho que desear.
Hoy, en cambio, puedo conseguir un trabajo part-time en Austria, el cual me paga mejor que uno full-time en Buenos Aires. Vivo con mi pareja perfecta -mi Llama Gemela-, Paco, en un hermoso departamento de cuatro habitaciones. Vivimos en una ciudad maravillosa en Austria, con todo lo que necesitamos para nuestro día a día.
Todo lo que pensé que había perdido volvió a mí desde un lugar mucho más estable y sólido, gracias a las Enseñanzas de Unión, la guía amorosa de mis Maestros Espirituales, Jeff & Shaleia, su comunidad, mi Coach de Ascensión, y mi decisión de sanar todo lo que no me hiciera sentir bien.
Construir una vida de amor significa elegir lo que se siente bien para vos en cada momento, sin importar cómo se vea desde afuera. Sin importar si a los demás les gusta o no. Porque, al final del día, tu bienestar y felicidad son lo que cuenta.
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